domingo, 27 de noviembre de 2011

UN MÉTODO PELIGROSO. El irresistible poder del sexo y de la mente


UN MÉTODO PELIGROSO. Título original: A dangerous method. Países: Reino Unido, Alemania y Canadá. Año: 2011. Duración: 99 min. Dirección: David Cronenberg. Intérpretes: Viggo Mortensen, Michael Fassbender, Keira Knightley, Vincent Cassel, Sarah Gadon. Guión: Christopher Hampton, basado en la novela A most dangerous method, de John Kerr, y en la obra de teatro The talking cure, de Christopher Hampton. Producción: Jeremy Thomas. Fotografía: Peter Suschitzky. Música: Howard Shore. Montaje: Ronald Sanders. Diseño de producción: James McAteer. Vestuario: Denise Cronenberg. Distribuidora: Universal Pictures International Spain. Género: Drama. Estreno en Reino Unido: 10 Febrero 2012. Estreno en España: 25 Noviembre 2011.
La filmografía de David Cronenberg es una de las más desasosegantes, prolíficas y sólidas de la cinematografía actual. El canadiense, que también ha hecho sus pinitos como actor en alguna que otra película (Todo por un sueño (1995) de Gus Van Sant, o Last Night (1998) de Don McKellar), tiene en su haber como director cintas tan inquietantes como La Mosca (1986), Inseparables (1988), M. Butterfly (1993) o Crash (1996). Todas ellas sobre contenidos perturbadores o directamente enfermizos, donde el subconsciente tiene un papel fundamental. En la última década, su cine se ha vuelto más realista y menos torturado, aunque sin prescindir de la violencia explícita ni de los trastornos psicológicos, como en Una historia de violencia (2005) o en Promesas del Este (2007). En Un método peligroso se mueve como pez en el agua por los caprichosos caminos del sexo y  la mente y en concreto sobre el origen del psicoanálisis y la relación triangular que mantuvieron dos maestros en la materia como Sigmund Freud y Carl Jung junto a la paciente de éste primero, y amante después, Sabina Spielrein.
Lástima que el triángulo haya quedado tan descompensado. Y es que mientras las secuencias en las que aparecen los personajes de Freud, Viggo Mortensen, y Jung, Michael Fassbender, son de un nivel extraordinario a pesar de la densidad de sus conversaciones sobre sexualidad y psique, en las que interviene Keira Knightley se produce una sima importante y eso que su personaje es de gran interés como catalizador entre ambas figuras del psicoanálisis. Molesta la exhibición de muecas que la actriz británica realiza al inicio de la película, aunque esté interpretando a una enferma. No puedo quitármelos de la cabeza ni cuando más adelante empieza a sanar y a moderar su comportamiento ante la cámara. Tampoco me transmite la atracción fatal que debía sentir por el personaje interpretado por el actor del momento, Fassbender (la semana que viene estrena Jane Eyre y a principios de año, la sensacional Shame, que ya vimos en el reciente Festival de Sevilla).
El gran Viggo Mortensen está enorme como el doctor Freud, con una caracterización admirable también. Sólo Knightley me parece un error de casting porque incluso Vincent Cassel es un secundario de lujo como el paciente de Jung Otto Gross, que termina psicoanalizando a su doctor. Su cara a cara con Fassbender supone un duelo de seducciones de verdadera altura.
Por último, atentos a la extraordinaria partitura de Howard Shore. Deliciosa.

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