martes, 31 de enero de 2012

J. EDGAR. Máscaras por actores


J. EDGAR. País: USA. Año: 2011. Duración: 137 min. Dirección: Clint Eastwood. Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Naomi Watts, Armie Hammer, Josh Lucas, Ed Westwick, Judi Dench, Damon Herriman, Jeffrey Donovan, Dermot Mulroney, Denis o'Hare. Guión: Dustin Lance Black. Producción: Clint Eastwood, Brian Grazer y Robert Lorenz. Fotografía: Tom Stern. Música: Clint Eastwood. Montaje: Joel Cox y Gary Roach. Diseño de producción: James J. Murakami. Vestuario: Deborah Hopper. Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España. Género: Biopic, drama. Estreno en USA: 9 Noviembre 2011. Estreno en España: 27 Enero 2012.
Con la obra de Clint Eastwood me suele ocurrir como con la de Woody Allen: casi nunca me decepcionan. Sin embargo esta vez sí que ha ocurrido, el "casi" se ha hecho realidad y el complejísimo retrato del director del FBI durante cincuenta años y ocho mandatos presidenciales, me ha dejado un agrio sabor a pesar de algunos méritos, que también los tiene.
En primer lugar, el guión de Dustin Lance Black (Mi nombre es Harvey Milk) acierta en profundizar en los distintos aspectos de la personalidad de John Edgar Hoover, tanto a nivel privado como profesional, para mostrar al espectador sus comportamientos sin necesidad de juzgarlos. El problema es que ha recurrido al manido y reiterativo flash back para transmitir tan ardua y ambigua trayectoria. Las idas y venidas temporales, desde los años 20 a los 70, agotan a pesar de la intensidad e interés de los contenidos y, sobre todo, molestan por el segundo y más evidente problema de la película: el fallido maquillaje.
Aunque pueda parecer banal, la pésima caracterización de los personajes provoca un rechazo tal en el espectador que logra sacarte de la trama para desviar la atención a las superlativas prótesis que tienen que llevar  tres de los actores principales de la cinta. Y como la narración va y viene en el tiempo por culpa del mencionado flash back, los problemas saltan a la palestra desde casi el inicio del metraje. Vamos, que las máscaras que tienen que aguantar DiCaprio, Watts y sobre todo Hammer, rechinan tanto que parecen dejarles asfixiados y a nosotros atónitos.
Parece mentira que un director tan cualificado como Eastwood haya pasado por alto semejante error que perjudica seriamente a una película muy atractiva. Mucho mejor habría sido una narración lineal aunque hubiera tenido que contar con dos actores para cada personaje, como en la reciente La dama de hierro, donde Meryl Streep sin problemas en su caracterización, consigue un dramatismo veraz. En J. Edgar sólo resultan convincentes las interpretaciones del reparto sin látex encima, cuando encarnan a los personajes en su juventud, sobre todo Dicaprio y Watts, porque Armie Hammer no me convence ni siquiera sin maquillaje. El actor descubierto en La Red Social todavía tiene mucho que rodar para estar a la altura de sus compañeros.

domingo, 29 de enero de 2012

DECINE CON LA MÚSICA. Emma Alonso & Míchel Suárez presentan Lazos en Sevilla


El cine y la música están unidos por lazos difíciles de desatar y precisamente Lazos es el nombre del primer disco de esta formación sevillana de voz, piano y guitarra que actúa en concierto el próximo jueves 2 de febrero en la Sala Imperdible-Duque de Sevilla.
De París a Buenos Aires... por Río. Un viaje extraordinario, no me negarán, pero también es el programa que interpretarán esa noche Emma y Míchel. Lazos reúne el encanto romántico y la fuerza melodramática de la canción francesa, con Edith Piaf como principal representante; la brisa dulce de la bossa, con composiciones de Antonio Carlos Jobim; y la renovada nostalgia del tango-canción, entre otras piezas. La voz envolvente de Emma, el piano y en ocasiones la guitarra de Míchel, en diálogo íntimo, interpretan con riqueza y variedad de matices los diferentes estilos, trazando lazos musicales y afectivos.
La Piaf ha sido protagonista con su vida tormentosa y su música inolvidable de tantas películas, grandes y pequeñas, que cualquier cinéfilo puede reconocerla sin ser un especialista. Quizás todos la tenemos más presente aún al recordar la magnífica interpretación de Marion Cotillard en La vida en rosa (2007), que le valió un Oscar y su definitivo lanzamiento internacional. Tom Jobim, el genio de Brasil, ha compuesto maravillosas partituras para títulos míticos del séptimo arte como Orfeo Negro (1959) o Gabriella (1983). Y qué decir del tango y su relación con el cine, una música y un baile que han sido fuente de inspiración en películas desde los inicios del celuloide, como el baile que se marca Rodolfo Valentino en Los cuatro jinetes del apocalipsis (1921), por citar sólo un ejemplo.
En fin, un recorrido mágico por un repertorio de letras emotivas que cuentan historias de amor, de vida y muerte, de soledad o esperanza. Una recomendación que no debéis dejar escapar el jueves día 2 de febrero, a las nueve de la noche, en el Sala Imperdible-Duque de Sevilla. El precio de las entradas es de 10€, y reducida para estudiantes 8€.

viernes, 27 de enero de 2012

EL MONJE. El clero y los pecados de la carne


EL MONJE. Título original: Le moine. Países: Francia y España. Año: 2011. Duración: 101 min. Dirección: Dominik Moll. Intérpretes: Vincent Cassel, Déborah François, Joséphine Japy, Sergi López, Catherine Mouchet, Jordi Dauder, Geraldine Chaplin, Roxane Duran, Frédéric Noaille, Javivi Gil Valle. Guión: Dominik Moll y Anne-Louise Trividic, basado en la novela homónima de Matthew G. Lewis. Producción: Michel Saint-Jean. Fotografía: Patrick Blossier. Música: Alberto Iglesias. Montaje: François Gédigier y Sylvie Lager. Diseño de producción: Antxón Gómez. Vestuario: Bina Daigeler. Distribuidora: Vértice Cine. Género: Drama, Suspense. Estreno en Francia: 13 Julio 2011. Estreno en España: 27 Enero 2012. Estreno en Sevilla: 8 Noviembre 2011 en el Festival de Cine Europeo.

La pudimos ver dentro de la sección Eurimages del pasado Sevilla Festival de Cine Europeo. El monje es la tercera película como director de Dominik Moll después de Harry, un amigo que os quiere (2000) y Lemming (2005). Ésta no la he visto pero la primera me pareció un debut espléndido con  una historia inquietante protagonizada astutamente por mi admirado Sergi López.
Precisamente en El monje, el actor español tiene un pequeño papel que abre y cierra la película. Encarna a un pervertido que confiesa sus pecados a un clérigo que, paradójicamente, vivirá sus propios pecados carnales. La historia se sitúa en un monasterio español en el siglo XVI y en la primera media hora de metraje el planteamiento promete mucha más profundidad y turbulencia que el folletín verbenero en que se convierte después.
Una lástima, porque el perturbador retrato de Harry en la primera de las películas de Moll, así como una sabia y contenida interpretación de Vincent Cassel como el monje protagonista de ésta, me hacían presagiar una película sobre el lado oscuro de los que dedican su vida a la fe mucho mejor de lo que resulta finalmente. Entre los fallos está la composición de algunos personajes, llenos de tópicos, como el de la abadesa interpretada por Geraldine Chaplin, el efectista pacto con el diablo o el desvarío del final.
En fin, que se disfruta al principio y se logra ver entera sólo gracias al buen hacer del actor francés y, sobre todo, a la maravillosa partitura de nuestro compositor más internacional, Alberto Iglesias. Quién, por cierto, está nominado al Oscar por otro gran trabajo suyo del año pasado, el de El Topo.

SHERLOCK HOLMES: JUEGO DE SOMBRAS. Demasiado artificio para alguien elemental

 
SHERLOCK HOLMES. JUEGO DE SOMBRAS. Título original: Sherlock Holmes: A game of shadows. País: USA. Año: 2011. Duración: 129 min. Dirección: Guy Ritchie. Intérpretes: Robert Downey Jr., Jude Law, Noomi Rapace, Stephen Fry, Jared Harris, Rachel McAdams, Eddie Marsan, Kelly Reilly. Guión: Kieran Mulroney y Michele Mulroney, basado en los personajes creados por Sir Arthur Conan Doyle. Producción: Susan Downey, Gary Goetzman, Dan Lin, Joel Silver y Lionel Wigram. Fotografía: Philippe Rousselot. Música: Hans Zimmer. Montaje: James Herbert. Diseño de producción: Sarah Greenwood. Vestuario: Jenny Beavan. Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España. Género: Acción, Aventuras. Estreno en USA: 16 Diciembre 2011. Estreno en España: 5 Enero 2012.

El cine del británico Guy Ritchie (Lock & Stock, Snatch: Cerdos y Diamantes, Barridos por la Marea) no se encuentra entre mis preferencias, desde luego. En sus primeras obras había cierta mala baba y montajes frenéticos que podían llamar algo la atención, pero que pronto se revelaron como golpes de efecto sin sustancia. Sólo en su primer Sherlock Holmes (2009) encontré un entretenimiento digno, infiel a la obra literaria de Conan Doyle, sí, pero con una personalidad propia y chispeante.
En la demasiado inminente continuación, ese talentoso inicio se convierte en una explosión de artificiosidad y atropellados vaivenes que no le hace ningún favor a la mente analítica del genial investigador, Holmes, ni de su fiel compañero, Watson. La historia, basada en los personajes de Conan Doyle y en pasajes de algunas de sus obras, flaquea en algunos tramos. Resulta especialmente latosa la búsqueda del hermano del personaje que interpreta Noomi Rapace (la Lisbeth Salander de la trilogía cinematográfica sueca), mientras que la aparición de otro hermano, el de Sherlock (Stephen Fry) es uno de los mejores hallazgos de la cinta.
Sherlock Holmes: Juego de Sombras como espectáculo de acción para aficionados a las artes marciales, tiene un pase, pero para los que buscamos algo más, se queda muy corta. Es, con diferencia, más aburrida y menos graciosa que la anterior. El reparto, capitaneado por Robert Downey Jr. y Jude Law sigue cumpliendo con oficio, pero el guión deja bastante que desear. A ver qué hace Ritchie con la tercera entrega, que anuncia ya en ésta sin cortarse un pelo.

jueves, 26 de enero de 2012

MILLENNIUM: LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES. Remake que mejora el original


MILLENNIUM: LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES (2011). Título original: The girl with the dragon tattoo. Países: USA, Suecia, Reino Unido y Alemania. Año: 2011. Duración: 158 min. Dirección: David Fincher. Interpretes: Daniel Craig, Rooney Mara, Stellan Skarsgard, Robin Wright, Christopher Plummer, Steven Berkoff, Joely Richardson, Yorick Van Wageningen. Guión: Steven Zaillian, basado en la novela de Stieg Larsson. Producción: Ceán Chaffin, Scott Rudin, Soren Staermose y Ole Sondberg. Fotografía: Jeff Cronenweth. Música: Trent Reznor y Atticus Ross. Montaje: Kirk Baxter y Angus Wall. Diseño de producción: Donald Graham Burt. Vestuario: Trish Summerville. Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España. Género: Thriller. Estreno en USA: 20 Diciembre 2011. Estreno en España: 13 Enero 2012.
La trilogía literaria de Stieg Larsson está suponiendo todo un filón también en sus adaptaciones cinematográficas. En su país de origen, Suecia, las novelas se llevaron a la gran pantalla con gran éxito a pesar de que el resultado fue bastante irregular. Y ahora en Estados Unidos, la primera de ellas, estrenada hace pocas semanas, tiene todas las papeletas para convertirse en uno de los taquillazos de la temporada.
El mercado norteamericano prefiere repetir película en tan breve espacio porque sabe que, por lo general, su público no acude a las salas masivamente a ver un producto extranjero, así que se permiten el lujo de volver a rodar la misma historia en su país, con equipo técnico y artístico autóctono. Esta vez les ha salido bien la jugada, porque la película yanqui mejora considerablemente a la sueca. La pena es que se encuentre tan cercana temporalmente a la original, y es que al espectador que vio la primera o ha leído las novelas, no puede jugar con ese factor tan importante en el cine como es el de la sorpresa.
A mí, la historia ideada por el malogrado escritor me parece dañina y desagradable, y verla la primera vez me resultó un sufrimiento, pero repetir apenas dos años después me supone un esfuerzo extra, mezcla de obligación y masoquismo. Sin embargo, tengo que reconocer que el tratamiento que le ha dado David Fincher  (Seven, Zodiac) a la historia es de lo más acertado. Él, maestro del thriller de suspense y criminal, se ha superado y ha logrado un espectáculo gélido y tenebroso sobre crímenes pasados y presentes. De metraje excesivo, esa es la verdad, pero con interés de principio a fin.
Excelente la pareja protagonista, con un Daniel Craig a la altura de sus mejores interpretaciones y la joven Rooney Mara, que se ha colado con esta película en la terna de las nominadas a mejor actriz protagonista para los próximos Oscars. Lo tiene complicado, pero su doliente Lisbeth Salander consigue atrapar hasta al más escéptico.

lunes, 23 de enero de 2012

LOS DESCENDIENTES. Echar raíces en el paraíso


LOS DESCENDIENTES. Título original: The descendant. País: USA. Año: 2011. Duración: 110 min. Dirección: Alexander Payne. Intérpretes: George Clooney, Shailene Woodley, Amara Miller, Nick Krause, Judy Greer, Matthew Lillard, Beau Bridges, Patricia Hastie, Robert Forster, Mary Bridsong, Rob Huebel. Guión: Alexander Payne, Nat Faxon y Jim Rash, basado en la novela de Kaui Hart Hemmings. Producción: Jim Burke, Alexander Payne y Jim Taylor. Fotografía: Phedon Papamichael. Montaje: Kevin Tent. Diseño de producción: Jane Ann Stewart. Vestuario: Wendy Chuck. Distribuidora: Hispano Foxfilm. Género: Comedia dramática. Estreno en USA: 16 Noviembre 2011. Estreno en España: 20 Enero 2012.
Alexander Payne es un director que se hace bastante de rogar -Election (1999), A Propósito de Schmidt (2002), Entre copas (2004)- pero cuando estrena una película hay que estar atentos y no dejarla escapar. Así ocurre con Los descendientes, una historia dramática con tintes de comedia o quizás una comedia negra con mucho de drama.
Está ambientada en las paradisíacas islas Hawai, enclave típico del dolce far niente sí, pero con el propósito de derribar tópicos. No todo es idílico allí. Como en cada lugar del mundo, sus gentes también sufren varapalos, sean ricos o pobres... es la vida misma. Los descendientes, adaptación de la novela homónima de la joven hawaiana Kaui Hart Hemmings, retrata a una familia que pasa por una terrible pérdida mientras intenta recomponer relaciones y subsanar errores. El padre, un George Clooney con barriguita bastante alejado de su conocida estampa de sex symbol, recorre un camino, a veces extravagante y otras muy profundo, en el que coinciden tanto sus descendientes como sus antepasados para que él, entre ambos, aprenda a tomar decisiones personales, no sólo laborales.
Payne narra con pulso sereno las idas y venidas de una isla a otra de este padre, sus dos hijas y el novio colgado de la mayor. Un grupo lánguido pero cómico, que me recuerda mucho a la familia de la maravillosa Pequeña Miss Sunshine de Jonathan Dayton (2006), en la que también ocurrían hechos durísimos bajo un halo de humor cínico muy inteligente.
Quizás la película contenga demasiadas piezas que encajar, y alguna como la de la herencia de las tierras familiares se resuelva de forma un tanto previsible, pero también posee una riqueza emocional difícil de encontrar en el cine hoy día. Las interpretaciones de todo el reparto superan la media, destacando la del abuelo, el legendario Robert Forster, la hija mayor, Shailene Woodley, y por supuesto la de Clooney, al que este tipo de personajes comunes como el  que interpretó también en Up in the Air de Jason Reitman (2009), le encajan como anillo al dedo.

martes, 17 de enero de 2012

LA CHISPA DE LA VIDA. Álex de la Iglesia vuelve al circo


LA CHISPA DE LA VIDA. País: España. Año: 2011. Duración: 98 min. Dirección: Álex de la Iglesia. Intérpretes: José Mota, Salma Hayek, Blanca Portillo, Juan Luis Galiardo, Fernando Tejero, Manuel Tallafé, Santiago Segura, Antonio Garrido, Carolina Bang, Joaquín Climent, Antonio de la Torre, Eduardo Casanova, Nerea Camacho, Juanjo Puigcorbé, José Manuel Cervino. Guión: Randy Feldman. Producción: Andrés Vicente Gómez y Ximo Pérez. Fotografía: Kiko de la Rica. Música: Joan Valent. Montaje: Pablo Blanco. Dirección artística: Arturo García y José Arrizabalaga. Distribuidora: Alta Classics. Género: Comedia negra. Estreno en España: 13 Enero 2012.
Después de sumergirse en una tragicomedia ambientada en el mundo del circo y con la Guerra Civil como telón de fondo con Balada Triste de Trompeta, Álex de la Iglesia se embarca por encargo y sin su guionista habitual, Jorge Guerricaechevarría (se nota su ausencia) en otro circo mucho menos arriesgado aunque mucho más actual. Es el circo de la crisis, el de los poderosos medios de comunicación, el de las grandes empresas de publicidad y el de los políticos interesados, todos ellos sin escrúpulos. Y para que no quede ninguna duda de dónde estamos, casi toda la acción se enmarca en las ruinas de un gran circo romano, en concreto el de la ciudad de Cartagena.
Aunque La Chispa de la Vida no sea una idea original del director bilbaíno, sí que se ha preocupado por poner su sello personal. Se respira la marca De la Iglesia durante toda la película, sobre todo en las secuencias corales, batiburrillos caóticos que dan la sensación de improvisación y falta de sutiliza que no le hacen ningún favor al conjunto de la obra. Por contra, la narración gana en los momentos dramáticos, en la interpretación sin estridencias de un José Mota que debe permanecer inmóvil durante gran parte del metraje. Su contenida aflicción transmiten más de su crisis personal y de la falta de valores en general que toda la parafernalia que se monta alrededor con un directivo de televisión (Juanjo Puigcorbé), un rancio político (Juan Luis Galiardo) o un publicista (Fernando Tejero) de brocha gorda todos ellos que rechinan tanto que todavía me molestan en el recuerdo. Tampoco resultan creíbles la periodista aguerrida interpretada por la todavía muy verde Carolina Bang, o la directora del Museo encarnada por la muy experimentada y aquí pasada de rosca Blanca Portillo. Por su parte, Salma Hayek cumple su papel de esposa entregada y adalid de la dignidad perdida, pero tampoco brilla como para llevarse el Goya al que está nominada.
En fin, que La Chispa de la Vida resulta más irregular que interesante. Una película menor en la filmografía de Álex de la Iglesia en la que sólo puedo destacar la convincente revelación del cómico televisivo José Mota.