lunes, 14 de noviembre de 2011

HABEMUS PAPAM. Papa a la fuga


HABEMUS PAPAM. Países: Italia y Francia. Año: 2011. Duración: 102 min. Dirección: Nanni Moretti. Intérpretes: Michel Piccoli, Jerzy Stuhr, Renato Scarpa, Franco Graziosi, Camillo Milli, Nanni Moretti, Margherita Buy. Guión: Nanni Moretti, Francesco Piccolo y Federica Pontremoli. Producción: Nanni Moretti, Jean Labadie y Domenico Procacci. Fotografía: Alessandro Pesci. Música: Franco Piersanti. Montaje: Esmeralda Calabria. Diseño de producción: Paola Bizzarri. Vestuario: Lina Nerli Taviani. Distribuidora: Vértigo Films. Género: Comedia dramática. Estreno en Italia: 15 Abril 2011. Estreno en España: 4 Noviembre 2011.
El cine de Nanni Moretti nunca me convence plenamente. Lo tolero más cuando se mueve por los caminos de la ironía y de la frescura, que cuando se vuelve intenso, aunque en el melodrama también se defiende bien. No me parecen memorables ni Caro Diario, ni La habitación del hijo, sus películas más premiadas, tampoco Habemus Papam, pero es la que prefiero de las tres.
El director romano se ha metido en el Vaticano para contar una ficción sobre la huida de un Papa recién elegido. El cónclave de los Cardenales, las distintas votaciones, la fumata negra primero y la blanca después, la presentación al mundo del Sumo Pontífice, el ataque de pánico que le hace recluirse y pedir ayuda; todos estos pasos los cuenta Moretti con una simpatía y una economía narrativa digna de elogio. Son sólo los primeros minutos de la película, a continuación la narración aún se crece más al entrar en acción un psicoanalista que deberá tratar al nuevo Papa para superar su miedo escénico.
La primera parte del filme es un derroche de ironía y elegancia, con una puesta en escena brillante también. El cara a cara entre el doctor, el mismo Nanni Moretti, y el Pontífice, Michel Piccoli, resulta entrañable, tanto que sabe a poco. Todo lo que ocurre después, con giro sorpresivo de guión incluido, ya no puede superar esos minutos iniciales. Lamentablemente la segunda parte no fluye igual, es más reflexiva y marcha a trompicones. El Papa deambula por Roma y la película se pierde con él. Eso sí, Piccoli está siempre inmenso, rezuma honestidad, inseguridad y humildad.
La Iglesia Católica recibe un buen trato en Habemus Papam, incluso en la manera de afrontar sus debilidades. Se evita hablar de sus escándalos y retrata a este Papa y a los Cardenales con amabilidad extrema. Rehúsa a la polémica voluntariamente, pero no por ello es una película blanda o superficial. Lástima que no mantenga el nivel inicial.

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