MIENTRAS DUERMES. La víctima perfecta y el portero encantador

MIENTRAS DUERMES. País: España. Año: 2011. Duración: 102 min. Dirección: Jaume Balagueró. Intérpretes: Luis Tosar, Marta Etura, Alberto San Juan, Iris Almeida, Pep Tosar, Petra Martínez, Margarita Rosed, Oriol Genil. Guión: Alberto Marini. Producción: Julio Fernández. Fotografía: Pablo Rosso. Música: Lucas Vidal. Montaje: Guillermo de la Cal. Dirección artística: Javier Alvariño. Vestuario: Marian Coromina. Distribuidora: Filmax. Género: Thriller, terror. Estreno en España: 14 Octubre 2011.

Casualidades de la vida: todavía podemos encontrar en la cartelera la película La víctima perfecta, protagonizada y producida por Hillary Swank, cuando acaba de estrenarse en nuestro país Mientras duermes, de Jaume Balagueró. Ambas coinciden en algunos aspectos del argumento, como el acoso a una bella inquilina, pero también en detalles esenciales que no vamos a desvelar. Asombrosas similitudes, pero esta vez la peli española supera con creces en calidad a la norteamericana.

Afortunadamente se han unido aquí un buen guión de Alberto Marini (La Caja Kovak, REC, Romasanta) no redondo pero sí estimable, y la dirección de Balagueró (Darkness, Frágiles, REC), una de las mentes retorcidas más prolíficas de nuestro cine que si algo sabe hacer bien es mover la cámara para crear desasosiego. Y juntos, guionista y director lo crean, vaya que sí. Gracias también, por supuesto, a ese gran actor protagonista con el que han contado, un recuperado Luis Tosar que pinchó en También la lluvia (2010), pero que vuelve al redil con un papel hecho a su medida: un conserje perturbado porque no es feliz que transmite miedo y simpatía a partes iguales. Es tan atento que nos cae hasta bien, sobre todo cuando tiene que lidiar con algún vecino indeseable o con ese hallazgo de niña perversa y chantajeadora que se cruza en su camino al mal.

Mientras duermes viene a ser un cruce entre la mala baba de La Comunidad y la obsesión fatal de La Víctima Perfecta. Resuelve alguna situación límite de manera torpe (cuando pillan al portero in fraganti en el apartamento de la chica) pero, en general, se deja ver siempre con una sonrisa malévola cortada por algún que otro susto inesperado.