lunes, 10 de octubre de 2011

INTRUDERS. Cara y hueca.


INTRUDERS. Países: España, USA y Reino Unido. Año: 2011. Duración: 100 min. Dirección: Juan Carlos Fresnadillo. Intérpretes: Clive Owen, Carice Van Houten, Pilar López de Ayala, Daniel Brühl, Ella Purnell, Izán Corchero, Héctor Alterio, Kerry Fox. Guión: Nicolás Casariego y Jaime Marques. Producción: Belén Atienza, Mercedes Gamero y Enrique López Lavigne. Fotografía: Enrique Chediak. Música: Roque Baños. Montaje: Nacho Ruiz Capillas. Diseño de producción: Alain Bainée. Vestuario: Tatiana Hernández. Distribuidora: Universal Pictures International Spain. Género: Terror, suspense, thriller sobrenatural. Estreno en España: 7 Octubre 2011.
Perdón por el fácil titular. Quien haya visto ya esta película entenderá mis disculpas, pero es que me resultaba tan apropiado. Para los que no han ido aún, me explico: Carahueca es el personaje principal de la historia. Es el fantasma que transita por los miedos infantiles, y no tan infantiles, durante toda la dilatada y reiterativa trama. No sé cuántas veces una voz en off lee el principio del relato que pretende inquietar al espectador:  "Carahueca despierta porque alguien había dicho su nombre..." Desde luego la inquietud no se consigue con la repetición, la letanía resulta tan cansina como la monocorde y chirriante banda sonora (esta vez Roque Baños se ha lucido). El desasosiego brilla por su ausencia por más que los guionistas se empeñen en tirar de elementos propios del género de terror (nocturnidad, lluvia intensa, armarios y rincones inaccesibles, casas misteriosas).
La carrera de Juan Carlos Fresnadillo ha transcurrido lamentablemente de mejor a peor. Deslumbrante en Esposados (1996), su corto nominado al Oscar cuando todavía eran escasas las producciones españolas que competían por la estatuilla. Intacto (2001), su debut en el largo, fue alentador pero a medida que iba mirando al mundo anglosajón y encareciendo sus producciones, la cosa empeoró. Todavía en 28 Semanas Después (2007) conservaba su puntito original a pesar de ser un remake de 28 Días Después (2003), el éxito del británico Danny Boyle. Pero con este Intruders, de mayor presupuesto y con el gran Clive Owen en el reparto, ha caído en picado. El director canario aún conserva el entusiasmo del principiante, la pasión por el cine de misterio y sobrenatural, el interés por mantener el suspense y la capacidad de crear variadas situaciones con constantes movimientos de cámara. El problema es que se despeña en el intento.
La narración paralela en España e Inglaterra se resuelve en los minutos finales de manera poco menos que ridícula, con golpes de efecto y maquillajes caducos incluidos. El personaje de Pilar López de Ayala de tan intenso, rechina (sin olvidarme de su patético look, eso sí que da miedo), y no digo nada del papelón de la madre de la adolescente (a qué viene a estas alturas esos gratuitos planos de desnudos). En fin, menos mal que los niños se dejan la piel en el intento, pero sobre todo me quedo con la brevísima aunque jugosa intervención de Héctor Alterio como un descreído sacerdote que pasa de todo. Yo, como espectadora, me identificaba con él porque sólo me apetecía que acabara ya la película para olvidarla pronto.

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