lunes, 26 de septiembre de 2011

NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS. Un gran personaje para un buen thriller

 
NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS. País: España. Año: 2011. Duración: 109 min. Dirección: Enrique Urbizu. Intérpretes: José Coronado, Helena Miquel, Rodolfo Sancho, Juanjo Artero, Nadia Casado, Pedro María Sánchez. Guión: Enrique Urbizu y Michel Gaztambide. Producción: Gonzalo Salazar-Simpson y Álvaro Augustín. Fotografía: Unax Mendía. Música: Mario de Benito. Montaje: Pablo Blanco. Dirección artística: Antón Laguna. Vestuario: Patricia Monné. Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España. Género: Thriller, Policíaco. Estreno en España: 23 Septiembre 2011.
Lástima que Enrique Urbizu no se prodigue más en la gran pantalla, porque le suelen salir bastante bien las películas. Sin remontarme muy atrás, recuerdo las tres últimas: La vida mancha (2003) que me sorprendió tremendamente, La Caja 507 (2001) que guardo en la memoria por su documentadísima temática relacionada con lo que después se dio en llamar Operación Malaya y por una de las mejores interpretaciones de Antonio Resines, y ahora, No habrá paz para los malvados, un contundente thriller policíaco, que pasa de la sordidez de las mafias en prostíbulos y tabernas de mala muerte a los entramados políticos y judiciales del terrorismo internacional, con conexiones evidentes al 11-M.
El guión es un ejemplo de pulcritud, nada de subtramas que confundan al espectador pero sí una vuelta de tuerca que da complejidad a la película. El ritmo narrativo no decae nunca, te atrapa hasta el final. Y por supuesto el personaje, sí en singular, porque todo gira en torno a Santos Trinidad, un policía corrupto de gatillo fácil, un amargado alcohólico parco en palabras que por salvar el pellejo y sin beberlo ni comerlo se mete hasta el cuello en desentrañar un atentado a gran escala. Este mal bicho es uno de esos personajes que surgen muy de vez en cuando para llenar la pantalla y eclipsar a los demás miembros del reparto. Que es lo que ocurre aquí, quizás también porque los guionistas no han dado la entidad suficiente a los otros, salvo a la juez que interpreta con dignidad una casi novata en el cine, la cantante de la banda catalana Delafé y las flores azules, Helena Miquel.
Santos Trinidad fue escrito por el tándem Urbizu-Gaztambide para José Coronado, un actor que aunque mejorando con el paso del tiempo, nunca me ha convencido del todo. Pero esta vez Urbizu ha sacado oro de él, el oro de su apellido, también porque realiza una actuación muy física con muchísima contención y escaso diálogo. Lo que nunca sabremos es qué habrían hecho, por ejemplo, Javier Bardem o Luis Tosar con un papel como éste, el tipo lo daban seguro.
Aunque la peli convenció en su presentación en el reciente Festival de San Sebastián, al final se ha ido de vacío. José Coronado estaba en todas las quinielas como mejor actor, y no habría sido injusto que se lo hubiera llevado. Cerquita están los Goya y ahí lo puede tener más fácil. Pero ¿por qué no está No habrá paz para los malvados en la terna de los Oscar?. Desde mi punto de vista, lo merece más que La piel que habito, pero Almodóvar es Almodóvar, claro. Y La Voz Dormida, no sé, aún no se ha estrenado.

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