miércoles, 28 de septiembre de 2011

CON DERECHO A ROCE. Nueva York no se merecía esto


CON DERECHO A ROCE. Título original: Friends with benefits. País: USA. Año: 2011. Duración: 109 min. Dirección: Will Gluck. Intérpretes: Justin Timberlake, Mila Kunis, Emma Stone, Woody Harrelson, Patricia Clarkson, Jenna Elfman, Richard Jenkins, Bryan Greenberg, Andy Samberg. Guión: Keith Merryman, David A. Newman y Will Gluck, basado en un argumento de Harley Peyton, K. Merryman y D. A. Newman. Producción: Liz Glotzer, Martin Shafer, Janet Zucker, Jerry Zucker y Will Gluck. Fotografía: Michael Grady. Montaje: Tia Nolan. Diseño de producción: Marcia Hinds. Vestuario: Renee Ehrlich Kalfus. Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España. Género: Comedia romántica. Estreno en USA: 22 Julio 2011. Estreno en España: 23 Septiembre 2011.
El paisaje urbano de N. Y. ha enriquecido tantas veces al cine en comedias (La tentación vive arriba), dramas (Taxi Driver), musicales (Un día en Nueva York), terror (King Kong), románticas (Tú y yo), y toda la etapa neoyorkina de Woody Allen, que después de ver este Con derecho a roce sólo me queda refugiarme en el recuerdo de estos maravillosos títulos e intentar olvidar esta comedia romántica con intenciones revolucionarias en lo sexual y que se queda al final en un manido ejercicio más de romanticismo barato.
Una pareja de jóvenes emprendedores, sin suerte en el amor, se refugia en el sexo sin compromiso mientras recorre a toda pastilla la ciudad de Nueva York, y más tarde los sitios más emblemáticos de la de Los Ángeles. Todo en plan postalita y sin venir a cuento. Quizás pensaron sus guionistas que les favorecería porque a otras películas -como las mencionadas arriba- la ciudad les marcó en su día. Claro que aquéllas tenían un guión sólido, unos personajes con química (porque vale de Mila Kunis es una monada pero el sexappeal de Justin Timberlake aún no se lo he encontrado por más que lo miro), una banda sonora memorable y no las molestas cancioncillas que resuenan aquí una y otra vez. No quiero ser demasiado cruel, pero es que ni los personajes secundarios amortiguan la debacle. Están metidos en la trama como con calzador: ese Woody Harrelson como amigo gay del protagonista es totalmente inconcebible, por no hablar de la madre díscola de la chica, Patricia Clarkson, siempre tan acertada y aquí lidiando con un personaje prescindible del todo.
La peli se agota antes de empezar. Te pone de los nervios por su ritmo frenético y atropellado, porque pretende impactar con los revolcones del principio (eso sí, casi siempre con una sábana por encima, que estamos en Hollywood) para terminar como una empalagosa y tópica trama romántica más. Para colmo busca tocar la fibra sensible con el personaje del padre con Alzheimer, un Richard Jenkins que pasaba por allí y no pudo escapar.

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