sábado, 3 de septiembre de 2011

LA PIEL QUE HABITO. Confundir la forma con el fondo

 
LA PIEL QUE HABITO. Título internacional: The skin I live in. País: España. Año: 2011. Duración: 120 min. Dirección: Pedro Almodóvar. Intérpretes: Antonio Banderas, Elena Anaya, Marisa Paredes, Jan Cornet, Blanca Suárez, Roberto Álamo, Eduard Fernández, José Luis Gómez, Bárbara Lennie, Susi Sánchez, Fernando Cayo. Producción: Agustín Almodóvar y Esther García. Guión: Pedro Almodóvar, inspirado en la novela Tarántula de Thierry Jonquet. Fotografía: José Luis Alcaine. Música: Alberto Iglesias. Montaje: José Salcedo. Vestuario: Paco Delgado en colaboración con Jean Paul Gaultier. Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España.Género: Thriller, Terror. Estreno en España: 2 Septiembre 2011.
El título de mi comentario no es mío, lo reconozco. En un momento avanzado de la película, el personaje de Elena Anaya escucha esta frase "confundir la forma con el fondo" en un vídeo de yoga que ve por televisión. A ella le viene como anillo al dedo para entender lo que han hecho con su vida, pero a mí también para resumir lo que me ha parecido la última película del director que arrastra a masas de público en este país. Al menos esto se lo tenemos que agradecer, hará taquilla y levantará levemente el déficit cinematográfico español.
Pero su película no hay quien la levante, se hunde por sí sola. Por mucho que intento acercarme a ella despojándome de prejuicios (adquiridos tras sus últimos fiascos: La Mala Educación, Los Abrazos Rotos), me topo de nuevo con uno de los ejemplos más pretenciosos e impostados de la ya larga carrera del director manchego. Él, que ha sabido sacar el mayor provecho de la comedia, del costumbrismo y del petardeo, prefiere arriesgarse con su imagen de sofisticación y modernidad mal entendida y adentrarse en los caminos del horror sin reservas (sabedor del prestigio que estos derroteros temáticos están reportando a otros directores de moda, como Michael Haneke o Lars Von Trier, por citar a dos de los más conocidos y sobrevalorados, desde mi punto de vista).
¿Por qué no me ha gustado La Piel que Habito? Simplemente porque confunde la forma con el fondo. Almodóvar cuida hasta el último detalle estético: como siempre en sus películas cada mueble es de diseño, los colores los justos, los planos impecables (maravillosa la fotografía de José Luis Alcaine), la superficie, la forma, es sobresaliente... pero ¡ay el fondo! ese guión sobre la esencia del mal, de la perversión, que está en el personaje del cirujano que interpreta Antonio Banderas, no provoca horror como pretende, sólo indiferencia. En parte por la interpretación más hierática que contenida del actor, pero sobre todo por la evolución imposible del personaje.
No me gusta tampoco, ni entiendo la obsesión de Pedro Almodóvar por recrearse en las secuencias de violación (como en la patética Kika) o en explicarlo todo todo como si el espectador fuera tonto (el secreto desvelado de Elena Anaya en el plano final, sobra, como sobraba en Todo sobre mi madre que apareciera el patético personaje de Toni Cantó, en elipsis durante toda la película). Esta vez hasta la partitura de Alberto Iglesias me ha decepcionado en algunos pasajes, como cuando abusa de los efectos electrónicos durante el secuestro de Vicente (Jan Cornet).
Y el reparto, pues también irregular: incómodo en su personaje Antonio Banderas, demasiado intensa pero creíble Elena Anaya, inconcebible Marisa Paredes como empleada del hogar, muy acertada Blanca Suárez en un complicado papel, pasable Jan Cornet, convincente en su surrealismo Roberto Álamo, espléndida como siempre Susi Sánchez. Pero todos quieren trabajar con Almodóvar, y lo entiendo, es el mejor escaparate, y a veces le sale bien la jugada. Aquí no, aquí se despeña, pero hay que seguirlo siempre, de eso no cabe duda.

1 comentario:

  1. Pues secundo tu crítica. Soy fan del director pero es verdad que desde "Volver" hace tiempo que no me dice nada. En "La piel que habito" nada me toca, todo me distancia, como si estuviera viendo de lejos y de paso la vida de alguien que me da igual. Todo, eso sí, muuuuuy bonito en imágenes. Almodóvar se ha distanciado de sí mismo y se recrea en un preciosimo inútil porque no hay guión. Una pena que, como dices, afortunadamente, aumentará el ingreso taquillero del cine español. Menos es nada!!!

    Ana Salas

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