jueves, 12 de enero de 2012

LA DAMA DE HIERRO. Y el Oscar es para...


LA DAMA DE HIERRO. Título original: The Iron Lady. País: Reino Unido. Año: 2011. Duración: 105 min. Dirección: Phyllida Lloyd. Intérpretes: Meryl Streep, Jim Broadbent, Richard E. Grant, Iain Glen, Anthony Head, Roger Allam, Alexandra Roach, Harry Lloyd. Guión: Abi Morgan. Producción: Damian Jones. Fotografía: Elliot Davis. Música: Thomas Newman. Montaje: Justine Wright. Diseño de producción: Simon Elliott. Vestuario: Consolata Boyle. Distribuidora: Wanda Visión. Género: Biopic, drama. Estreno en Reino Unido: 6 Enero 2012. Estreno en España: 5 Enero 2012.
...MERYL STREEP.
Sí, el Oscar y no sé cuántos premios más se puede llevar este año esta extraordinaria actriz por uno de los papeles de su vida, el de la que fuera primera ministra británica Margaret Thatcher. 
No descubro nada, no hay que ser un entendido en la materia para reconocer la capacidad interpretativa fuera de lo normal de la Streep, una mujer que se transforma en cada uno de los personajes que le caigan en suerte, ya sea dramático, cómico o musical, porque se atreve con lo que le echen. Incluso esta vez con la 'patata caliente' que debe ser encarnar a alguien tan popular y controvertido como la conocida Dama de Hierro. Una carga y placer similares debió sentir Helen Mirren cuando tuvo que dar vida a la actual Reina de Inglaterra en The Queen, la gran diferencia es que ésta era una buena película y La Dama de Hierro sólo una del montón, aunque con soberbias interpretaciones de ambas actrices.
Phyllida Lloyd, directora de Mamma Mia! y ahora de La Dama de Hierro, ha optado por realizar un biopic en el que da prioridad a los años de decadencia de la mujer tras la muerte de su esposo, resultando demasiado reiterativas las alucinaciones de una dama que más que de hierro parece estar hecha de mantequilla por culpa de la vejez. Muestra sobre todo la cara amable de la anciana que también fue política, que estuvo en lo más alto del poder, y que con sus decisiones cosechó los mayores aplausos y las críticas más furibundas. Y sin embargo, el pobre guión de esta película pasa casi de puntillas por su interesantísima faceta profesional, dedicándole algunos escasos espacios documentales que saben a poco.
Menos mal que está Meryl transmutada en Margaret para hacernos más que agradable la sesión. Sólo por ver su magistral composición merece la pena acudir al cine. No te arrepentirás.

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