DRIVE. El último caballero

DRIVE. País: USA. Año: 2011. Duración: 102 min. Dirección: Nicolas Winding Refn. Intérpretes: Ryan Gosling, Carey Mulligan, Ron Perlman, Christina Hendricks, Bryan Cranston, Oscar Isaac, Albert Brooks, Kaden Leos, James Biberi. Guión: Hossein Amini, basado en la novela homónima de James Sallis. Producción: Marc Platt, Michael Litvak, Gigi Pritzker, Adam Siegel y John Palermo. Fotografía: Newton Thomas Sigel. Música: Cliff Martínez. Montaje: Mat Newman. Diseño de producción: Beth Mickle. Vestuario: Erin Benach. Distribuidora: Buena Vista International Spain. Género: Drama, thriller. Estreno en USA: 16 Septiembre 2011. Estreno en España: 28 Diciembre 2011.

El año 2011 acabó con un título más que interesante, por momentos hasta deslumbrante. Este Drive, que le proporcionó al danés Nicolas Winding Refn la Palma de Oro al Mejor Director en el pasado Festival de Cannes, es un atractivo ejercicio de estilo gracias a una narración cadenciosa cuando tiene que serlo y vigorosa cuando le toca. Con diálogos precisos y silencios reveladores para una historia que se mueve por los bajos fondos con total elegancia. Y sobre todo, con un personaje protagonista que encarna a la perfección la figura del último caballero: un héroe real que se sacrifica por amor.

Este conductor que interpreta sobrado de contención Ryan Gosling, uno de los actores del momento con permiso del gran Michael Fassbender, es ya uno de esos tipos que marcarán su carrera, de lo más fructífera en los últimos tiempos, por otra parte. Gosling ha protagonizado este año la comedia Crazy, Stupid, Love y está a punto de estrenar la esperadísima Los Idus de Marzo, de George Clooney. El personaje de mecánico y doble en películas de acción, de día, y chófer de atracadores, de noche, revela la dicotomía de su personalidad: tierno y enamorado, por un lado, y duro sanguinario, por otro.

Sí, porque la película no se anda con remilgos y cuando corre la sangre, lo hace a chorros. Igual que derrocha emoción en la historia de amor entre el protagonista y su vecina, la adorable Carey Mulligan, a la que en breve veremos en un papel en el que desplegará su lado más tormentoso, en la impresionante Shame.

Drive le reserva un papel fundamental a la música, otro de los aciertos, y los secundarios resuelven con profesionalidad y sin estridencias, a pesar de la violencia explícita de muchas secuencias.