viernes, 30 de marzo de 2012

BLANCANIEVES (MIRROR, MIRROR). Exotismo fallido


 
BLANCANIEVES (MIRROR, MIRROR). Título original: Mirror, mirror. País: USA. Año: 2012. Duración: 106 min. Dirección: Tarsem Singh. Intérpretes: Lily Collins, Julia Roberts, Armie Hammer, Sean Bean, Nathan Lane, Mare Winningham, Michael Lerner. Guión: Melissa Wallack y Jason Keller, basado en el cuento de los Hermanos Grimm. Producción: Bernie Goldman, Ryan Kavanaugh y Brett Ratner. Fotografía: Brendan Galvin. Música: Alan Menken. Montaje: Robert Duffy y Nick Moore. Diseño de producción: Tom Foden. Vestuario: Eiko Ishioka. Distribuidora: Tripictures. Género: Familiar, Comedia. Estreno en USA: 20 Marzo 2012. Estreno en España: 23 Marzo 2012.
Es curioso cómo pueden coincidir en el tiempo proyectos a priori tan poco usuales como el de llevar de nuevo a la gran pantalla el cuento de los Hermanos Grimm, Blancanieves. Pues sí, falta poco para que se estrene en España la versión que acaba de rodar Pablo Berger (Torremolinos 73) en blanco y negro y con Maribel Verdú como la malvada bruja, y mientras esperamos nuestro producto nos entretenemos viendo esta otra Blancanieves (Mirror, mirror), un tanto excéntrica, protagonizada por la estrella Julia Roberts y dirigida por el indio Tarsem Singh (La Celda, Inmortales).
Lo mejor que se puede decir de esta película es que es la más conseguida de la hasta ahora pobrísima filmografía de su director, lo cual no es mucho desde luego. Singh ha imprimido su sello exótico realizando algunos cambios significativos al mítico cuento, como que la dulce Blancanieves se convierte en una hábil espadachina en plan Robin Hood para unirse a los enanos, que aquí son bandidos y no tranquilos mineros. Y qué decir de la estética: la princesita, una desconocida hasta ahora Lily Collins, luce unas horrorosas y pobladísimas cejas negras herederas del peor look Frida Kahlo, no sabemos bien porqué, quizás para afearla y que la fulgurante Roberts luzca mucho más en la comparación, no sé. Eso sí, Julia se lo pasa de maravilla encarnando a la madrastra, sin duda lo mejor de este fallido filme, pero ni mucho menos suficiente, porque la irreverencia que pretende no llega a ser  elevada. Echo en falta chispa morbosa en los diálogos y en las situaciones, y es que la película quiere adaptarse a los más pequeños de la casa, olvidándose del público adulto. Los enanos, aunque con cara de sátiros, no hacen ninguna barrabasada, y el príncipe no puede ser más anodino (de nuevo Armie Hammer haciendo de blandito como en J. Edgard, este actor se está encasillando por su físico).
Una ambientación colorista y un vestuario de lo más estrambótico, que a mí no me convencen, puede ser lo más descarado de esta versión. Eso, y el inenarrable número musical de la apoteosis final, al más puro estilo Bollywood. Sin palabras.

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