SHAME.
País: Reino
Unido. Año: 2011. Duración: 97 min. Dirección: Steve McQueen. Intérpretes:
Michael Fassbender, Carey Mulligan,
James Badge Dale, Nicole Beharie, Hannah Ware. Guión: Steve McQueen y Abi Morgan. Producción: Iain Canning y Emile Sherman. Fotografía: Sean Bobbitt. Música: Harry
Escott. Montaje: Joe Walker. Diseño
de producción: Judy Becker. Vestuario:
David C. Robinson. Distribuidora: Alta Classics. Género: Drama. Estreno en Reino Unido: 13 Enero 2012. Estreno en España: 17 Febrero 2012. Estreno en Sevilla: 9 Noviembre 2011 en el Sevilla Festival de
Cine Europeo.
Tuve la oportunidad de verla
en su estreno en Sevilla en el marco del SEFF'11, y desde noviembre hasta ahora
aún conservo un gratísimo recuerdo de la proyección. Shame, segunda película del británico Steve McQueen (Hunger),
de idéntico nombre al mítico actor de La
Huida, viene precedida del reconocimiento general en los pasados Festivales
de Venecia y San Sebastián. Yo comparto el entusiasmo de los que la aplaudieron
en estos certámenes, me parece una película admirable, difícil de digerir pero
impactante.
El argumento gira alrededor
de un yuppie atrapado en una adicción
al sexo que le impide mantener cualquier relación afectiva sana. La llegada de
su hermana, tan inestable e insatisfecha como él, trastocará aún más su
rutinaria existencia. La pareja protagonista, los camaleónicos Michael Fassbender y Carey Mulligan, confieren a sus
personajes toda la pena, el miedo y la tortura interior que sienten y que les
impiden desarrollarse normalmente. Sobriedad, contención y fuerte carga de
intensidad son las armas que utilizan en cada plano en los que aparecen uno u
otra. Atención a la interpretación que hace Mulligan de la versión más triste y rompedora que hayas podido
escuchar de la canción New York, New York.
Inolvidable.
Tampoco el tratamiento
técnico resulta ligero, ni mucho menos. El director opta por mostrar sin
juzgar, situando la cámara detrás de sus personajes en muchos momentos para
enseñar sin entrometerse, como tomando distancia, para que el espectador saque
sus propias conclusiones de los motivos por los que el protagonista siente esa
vergüenza a la que se refiere el título original. El guión prescinde de la
palabrería insulsa, los diálogos son cortos y precisos, la información se ve o
se intuye, pero no se recalca. Lanza pistas sobre el turbio pasado de los
hermanos, quizás una relación incestuosa que les aboca a su comportamiento
posterior... Por otra parte, el empleo de la música en cada secuencia es
absolutamente delicado, como los planos largos en los que se recrea la cámara
deteniéndose en la escasa gestualidad de los actores o en los paisajes urbanos
que envuelven al protagonista.
Shame es una obra que atrapa
mientras la ves y maduras al salir del cine. Y cuando esos hermanos teñidos de
dolor vuelven a mi recuerdo, aún me resulta más impresionante.
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