LA INVENCIÓN DE HUGO. Título original: Hugo. País: USA. Año: 2011. Duración: 126 min. Dirección: Martin Scorsese. Intérpretes: Asa Butterfield, Chloë
Grace Moretz, Ben Kingsley, Sacha Baron Cohen, Jude Law, Christopher Lee,
Richard Griffiths, Ray Winstone, Emily Mortimer. Guión: John Logan, basado en el libro homónimo de Brian Selznick. Producción: Johnny Depp, Tim
Headington, Graham King y Martin Scorsese. Fotografía: Robert Richardson. Música: Howard Shore. Montaje: Thelma Schoonmaker. Diseño de producción: Dante Ferretti. Vestuario: Sandy Powell. Distribuidora: Paramount Pictures Spain. Género: Aventuras, fantástico. Estreno en USA: 23 Noviembre 2011. Estreno en España: 24 Febrero 2012.
Es curioso cómo han
coincidido en el tiempo dos películas que evocan los inicios del cine con una
exquisitez digna de elogio. Una es The
Artist, de Michel
Hazanavicius, y la otra esta La
Invención de Hugo, del cada día más en forma Martin Scorsese. No voy a comparar más ambas
obras porque ya hablé de la primera tanto por los pases especiales que se
proyectaron en el último Sevilla Festival de Cine Europeo, como en su estreno
comercial en diciembre del año pasado.
Ahora le toca el turno a
este prodigio de imaginación que se
puede disfrutar en 3D, pero también degustar poderosamente en salas 2D.
Una película para todos los públicos, que emocionará a los más pequeños por su
despliegue visual y su espíritu de aventura, pero que también seducirá a los mayores,
incluso a los muy cinéfilos, por las constantes referencias a los comienzos del
cinematógrafo y a esa figura clave que fue George Méliés.
Si los Lumiére crearon ese extraño aparato que paseaban por ferias
y circos en el que proyectaban las primeras y rudimentarias películas, Mélies, primero mago e ilusionista, fue después el que
revolucionó el invento y lo elevó a la categoría de Fábrica de Sueños. Y es a
este excepcional personaje al que la película de Scorsese rinde un merecido homenaje de la mano de una emotiva
historia basada en el libro de Brian Selznick y protagonizada por el pequeño
Hugo. Un chico, si apenas familia, que vive en el interior de una estación de
trenes en París, y cuya única ilusión es arreglar máquinas estropeadas. El
encuentro del niño con la extraordinaria galería de personajes que pueblan la
estación de ferrocarril hará que su vida nos vaya interesando más y más a
medida que avanza el relato y la narración cinematográfica.
No exagero cuando digo que
la puesta en escena resulta apabullante, cuidadísima la dirección artística, la
fotografía, la música... Esos planos perfectamente coreografiados, como el del
inicio de la película o la espectacularidad de los sueños del protagonista,
denotan mucho más que oficio en la dirección de Martin Scorsese, que en su primera incursión en
el género infantil o familiar sale victorioso y, probablemente, con más de un
Oscar en el bolsillo, ya que La Invención
de Hugo es la película con más nominaciones de esta edición, once nada más
y nada menos. Y eso que los académicos se han olvidado del reparto, aunque sus
interpretaciones sean bastante dignas. Ben Kingsley, sobresaliente como casi siempre, los niños
ajustados a sus papeles y nada empalagosos, Sacha Baron Cohen, irreconocible como el cojo policía
de estación enamorado de la encantadora florista, Emily Mortimer, personaje que nos remonta al
cine de otro genio de la etapa muda, Charles Chaplin.
En fin, una película para
ver una y otra vez, y para recordar por sus emotivos montajes de películas
de los inicios del Séptimo Arte. Adorable.
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