JACK Y SU GEMELA. Título original: Jack and Jill. País: USA. Año: 2011. Duración: 91 min. Dirección: Dennis Dugan. Intérpretes: Adam Sandler, Katie Holmes, Al Pacino, Allen Covert, Eugenio Derberz,
David Spade, Nick Swardson, Geoff Pierson, Santiago Segura. Guión: Steve Koren y Adam Sandler, basado en un argumento de Ben Zook. Producción: Jack Giarraputo, Todd Garner y Adam Sandler. Fotografía: Dean Cundey. Música: Rupert Gregson-Williams. Montaje: Tom Costain. Diseño de producción: Perry Andelin Blake. Vestuario: Ellen Lutter. Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España. Género: Comedia. Estreno en USA: 11 Noviembre 2011. Estreno en España: 20 Enero 2012.
Debo reconocer que no tengo
problema en ver comedias simplonas o irreverentes, porque a veces me llevo
sorpresas agradables o simplemente río sin prejuicios ante algunas situaciones.
Esto último es lo que me ocurrió con algún producto del tándem que aquí se
repite, Adam
Sandler-Dennis Dugan, como Os declaro marido y marido (2007) o Zohan: licencia para peinar (2008). Dos ejemplos de malas películas
con momentos hilarantes, sobre todo la primera.
En Jack y su gemela ni por asomo he podido sonreír, no ya reír, porque
es lamentable de principio a fin. No hay guión, sólo el desarrollo de las
anécdotas de las desavenencias de unos hermanos gemelos de distinto sexo, por
un lado, y el mundo de la publicidad, por otro, para ir encadenando secuencias
ridículas o simplemente bochornosas, sin chispa de gracia. De nuevo recurren a
escenas en las que se explota la escatología (los gemelos en el cine) o el feísmo
y mal gusto (Al Pacino recreándose en la mancha
de sudor de su amada o los michelines lamentables de Santiago Segura).
Lo curioso de esta peli es
que aparezcan en el mismo casting estos dos apellidos: Pacino y Segura ¡increíble!. Al segundo lo entiendo: no podía
perderse participar en una producción que le introducía en Hollywood y sobre
todo, que le unía en el mismo reparto con el protagonista de El Padrino, pero lo del señor Pacino haciendo de él mismo pero sin vergüenza alguna no
me lo explico, quizás sólo se entiende por el pastizal que habrá cobrado el
mítico actor.
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